
Se espera que las economías africanas estén entre las más afectadas del mundo por la COVID-19.
Según el Banco Mundial, se espera que la economía del continente entre en recesión por primera vez en 25 años, registrando una evolución que podría oscilar entre el -2,1 y el -5,1%.
Este pronóstico se basa en factores como:
- Debilidad de los sistemas tributarios;
- Dependencia de las exportaciones de productos básicos;
- Informalidad económica;
Por otro lado, el FMI pronostica una recesión del 1,6% en 2020, y una posible recuperación del 4% en 2021, si la pandemia desaparece en el segundo semestre de este año.
A mediados de abril, el continente contaba con 18.020 casos diagnosticados, en 52 países, y 942 fallecidos. Las medidas han sido elogiadas por la comunidad científica internacional pero tienen graves consecuencias económicas para el continente, donde la mayor parte del sector económico es informal y donde la población sobrevive con lo que venden a diario.
Además, los gobiernos no tienen la liquidez para garantizar la asistencia social universal.
Los países más afectados serán los productores de petróleo y los que dependen del turismo: Seychelles (-10,8%), Zimbabwe (-7,4%), Mauricio (-6,8%), Santo Tomé y Príncipe (-6%) y Sudáfrica (- 5,8%).
Por otro lado, las previsiones de crecimiento para Sudán del Sur (+4,9%), Benín (+4,5%), Ruanda (+3,5%), Uganda (+3,5%) y Etiopía (+3,2%) se mantienen relativamente sin cambios.
Con la recesión prevista para el continente, aumentará la necesidad de recurrir a préstamos por parte de los Estados africanos y el peso de la deuda en relación con el PIB del África subsahariana, que se esperaba que descendiera del 58% en 2019 al 56% en 2020, Se espera que aumente al 64%.
El análisis del Banco Mundial estima que la pandemia podría costarle a la región entre 37 mil millones y 79 mil millones de dólares. La COVID-19 también podría crear una grave crisis alimentaria en el continente, con una producción agrícola que podría disminuir entre un 2,6% y un 7%, en un escenario de bloqueos comerciales, según el Banco Mundial. El Fondo recomienda que los países africanos den prioridad a la salud, dedicando una mayor parte de sus presupuestos a este sector.
Sin embargo, el FMI recomienda que los países africanos creen mecanismos para apoyar a los sectores económicos más afectados por la pandemia, como el turismo y la aviación.
El FMI también recomienda que los bancos centrales revisen sus políticas monetarias, para que puedan garantizar una mayor liquidez a los bancos privados, de modo que puedan satisfacer la demanda de crédito de las PYME.